miércoles, 29 de agosto de 2007

PEQUEÑA FILMOTECA PORTÁTIL. ISIDORE ISOU (1925-2007)



J’aime le cinéma lorsqu’il est insolent...

Ayer se cumplió un mes de la muerte de Isidore Isou, el padre espiritual del letrismo. Isou ha hecho mal en morirse en unas fechas en las que hay sobrepoblación de cadáveres ilustres. Bergman o Antonioni cotizan, desde luego, mucho más alto en el mercado del panegírico de ocasión. Además la posición que ocupan Isou y el letrismo en la historia de las vanguardias europeas del siglo veinte no es precisamente cómoda. Para muchos –si no la mayoría-, el letrismo es poco más que el antecedente estético del situacionismo e Isidore Isou, algo así como un pre-Debord o, lo que es aun peor, un anti-Debord: la expresión más acabada del esteticismo y de las limitaciones pequeño-burguesas de una corriente que se veía a sí misma como descendiente y superadora de Dadá. En el número 2 de la revista Potlach (21 de junio de 1954), el órgano de expresión de la escisión de la izquierda letrista que encabezaba Guy Debord, puede leerse, en efecto: “La Internacional Letrista prosigue, desde noviembre de 1952, la eliminación de la Vieja Guardia”, y a continuación sigue una lista de ocho excluidos que encabeza nuestro homenajeado: “ISIDORE GOLDSTEIN, alias JEAN-ISIDORE ISOU. Individuo moralmente retrógrado, ambiciones limitadas”. Y ya se sabe: canonizado Debord, aquellos sobre los que el autor de La Sociedad del Espectáculo lanzaba anatema quedaban sentenciados de por vida.

Importa poco a estas alturas si Debord y los chicos de la Internacional letrista tenían o no razón en sus apreciaciones. Lo importante ahora es que el bueno de Jean-Isidore Isou se nos ha ido y, como esto de morirse tiene, entre otras consecuencias poco felices, la de que le recuerden a uno obra y milagros, tal vez sea ésta ocasión propicia para que revisemos la primera obra cinematográfica, o post-cinematográfica, o anti-cinematográfica, o lo que se quiera del arriba mencionado. En fin, un respeto.

Traité de bave et d'éternité es uno de los textos sagrados del letrismo en su vertiente fílmica. Producida en el arranque de la década de los cincuenta, los letristas intentan que la película se vea en el Festival de Cannes del año 1951. Junto a Isou, Marc’O, Gil Wolman, Jean-Louis Brau, Maurice Lemaitre y François Dufrêne conforman el pequeño comando de intervención artística. La tentativa fracasa, y a lo más que llegan Isou y compañía es a proyectar el Traité en la pequeña sala de Le Vox y al margen del certamen. A pesar de que la entrada es gratuita, la indignación de los espectadores obliga a interrumpir el pase. El jovencito Debord, que se halla en el patio de butacas, queda prendado de la propuesta de Isou e inmediatamente se traslada a Saint-Germain-des-Prés, feudo de la secta letrista –entre otras-, para convertirse en miembro del grupo.

Vista hoy y habida cuenta de que los espectadores más o menos cultivados ya debían estar curados de espanto tras las andanadas –mucho más agresivas- de dadaístas y surrealistas, sorprende la reacción violenta del público ante el Traité de Isou. Tal vez con el paso del tiempo haya perdido su mordiente contestaria primigenia, pero lo cierto es que sigue llamando la atención lo osado de su apuesta formal, muy influyente en el cine libre (como diría Pablo Useros) de las décadas posteriores. En el Traité, Isou ensaya por vez primera la técnica del ‘montaje discrepante’, que establece la desconexión significante entre la banda de sonido y la imagen cinematográfica, y además lo que él mismo llama ciselure (o cincelado), que permite la intervención directa sobre la película mediante raspaduras o pintura. El Traité es, en cualquier caso, tan sólo el primer momento de un proceso que llevará a Isidore Isou hacía el film-débat, teorizado en el primer y único número de la revista Ion (1954), al cine sin película de los años subsiguientes y, en fin, al excoordismo de su última etapa.


Traité de Bave et d'éternité
* * *
* *
*
Quienes no se vean capaces de trasegar la película entera, pueden limitarse a los siguientes fragmentos:


*

Comentario de Ed Grant
*
* *
* * *

No hay comentarios: