¿Cuál es esa quimera impotente y estéril,
esa divinidad que predica al imbécil
un odioso tropel de curas embusteros?
¿Ellos quieren que sea uno de sus sectarios?
Ah, nunca, yo lo juro. Sostendré mi palabra:
jamás a ese ídolo ofreceré latría.
Este hijo del delirio y la irrisión
nunca podrá causarme la menor impresión.
Contento y glorioso en mi epicureísmo
pretenderé expirar en el dulce ateísmo
y que al infame Dios que pretenden crear
tan sólo lo conozca para blasfemar. [...]
esa divinidad que predica al imbécil
un odioso tropel de curas embusteros?
¿Ellos quieren que sea uno de sus sectarios?
Ah, nunca, yo lo juro. Sostendré mi palabra:
jamás a ese ídolo ofreceré latría.
Este hijo del delirio y la irrisión
nunca podrá causarme la menor impresión.
Contento y glorioso en mi epicureísmo
pretenderé expirar en el dulce ateísmo
y que al infame Dios que pretenden crear
tan sólo lo conozca para blasfemar. [...]
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