viernes, 27 de noviembre de 2009

EL OJO ROJO. "¡Mamá, tengo miedo!" (Algunas Notas sobre 'Paranormal Activity')



Doxa. Hablemos, por una vez, de lo que se habla. He visto Paranormal Activity y tengo miedo. Me encuentro, pues, entre aquellos que consideran que la película de Peli está entre lo mejor que ha dado el cine de terror en los últimos tiempos. Lo cual, por desgracia, tampoco es decir mucho.

Gonzo Horror. En el comienzo fue el porno. Un equipo mínimo o inexistente, el cineasta convertido en etnógrafo de alcobas, la observación participante como estrategia narrativa, nada de montaje, la torpeza técnica como marca de estilo, el artificio de la falta de artificios, la hiperrealidad como simulacro o al revés: el cinéma verité provoca erecciones. En el comienzo –decía- fue John Stagliano. La idea era sencilla. Si los réditos libidinales que el cine porno reporta a sus usuarios se basan, en buena medida, en la identificación con los actores, ¿por qué no evitar todos los filtros y mediaciones que la entorpecen? El ojo del espectador se funde a partir de ahora con la cámara; cuando una actriz chupa una polla, es mi polla la que chupa; cuando eyaculo, mi semen atraviesa la pantalla. El vídeo deja de ser una amenaza para la industria y se convierte en un aliado; todo el mundo puede ser estrella del porno. En el principio fue Stagliano, pero después vinieron El Proyecto de la Bruja de Blair, The Last Broadcast, Zombie Diaries, Cloverfield, [REC], Home Movie y, finalmente, Paranormal Activity. Acaso lo que nos asusta y lo que nos excita activen zonas del cerebro reptiliano que no están muy alejadas entre sí.

Lo siniestro. Cito a Freud: “lo siniestro sería aquella suerte de espantoso que afecta las cosas conocidas y familiares desde tiempo atrás”. Lo siniestro es, pues, el reverso tenebroso de lo cotidiano, aquello que desbarata nuestras expectativas basadas en la costumbre, tan aparentemente sólida, y que nubla las dicotomías categoriales a través de las cuales filtramos la realidad: animado/inanimado, natural/artificial, despierto/dormido, vivo/muerto. Dos ejemplos: un muchacho de cara a la pared en una cabaña perdida en el bosque (El Proyecto de la Bruja de Blair); una joven en pie durante horas frente a una cama de matrimonio (Paranormal Activity). ¿Qué tiene esto de pavoroso?

Il est dangereux de se pencher à l’intérieur. Escéptico, racionalista, descreído... mi infancia estuvo, sin embargo, poblada de sombras acechantes, de luces que se encendían y apagaban sin que nadie tocase los interruptores y de ruidos de origen incierto. Creo que ya no creo en fantasmas, pero albergo, con todo, la certeza de que afuera hay monstruos. Y dentro también. Traduciendo: es peligroso asomarse al interior.
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Stagliano, el maestro

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