Dios dijo: “hágase el vacío”,
pero no eran más que gases.
Dios dijo: “hágase el vacío”
y
golpeó con la cucharilla el borde de su taza de té.
Dios dijo: “hágase el vacío”
y se oyó la esquila de un leproso.
Dios dijo: “hágase el vacío”,
pero solo el terrorista comprendió el mensaje.
Dios dijo: “hágase el vacío”
y ¡pum!
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