jueves, 22 de febrero de 2007

VOCES. Textos del conde de Lautréamont.

Siguen algunos fragmentos de los Cantos en bilingüe y una carta -que creo inédita en castellano- en la que el bueno de Isidore Ducasse firma el acta de defunción del conde maldito. No tardarían otros en rubricar la suya propia.


“PLEGUE al cielo que el lector, enardecido y momentáneamente feroz como lo que lee, halle, sin desorientarse, su abrupto y salvaje sendero por entre las desoladas ciénagas de estas páginas sombrías y llenas de veneno; pues, a menos que ponga en su lectura una lógica rigurosa y una tensión de espíritu igual, como mínimo, a su desconfianza, las emanaciones mortales de este libro embeberán su alma como azúcar en agua. No es bueno que todo el mundo lea las páginas que siguen; sólo algunos saborearán sin peligro ese fruto amargo. Por lo tanto, alma tímida, antes de adentrarte más por semejantes landas inexploradas, dirige hacia atrás tus pasos y no hacia delante. Escucha bien lo que te digo: dirige hacia atrás tus pasos y no hacia delante, como la mirada de un hijo se aparta, respetuosamente, de la contemplación augusta de la faz materna; o, mejor, como el ángulo perdiéndose en el horizonte de las friolentas grullas tan meditabundas que, durante el invierno, vuela poderosamente a través del silencio, con todas las velas tendidas, hacia un punto preciso del horizonte de donde, súbitamente, brota un viento extraño y fuerte, precursor de la tormenta […]”

“Plût au ciel que le lecteur, enhardi et devenu momentanément féroce comme ce qu’il lit, trouve, sans se désorienter, son chemin abrupt et sauvage, à travers les marécages désolés de ces pages sombres et pleines de poison ; car, à moins qu’il n’apporte dans sa lecture une logique rigoureuse et une tension d’esprit égale au moins à sa défiance, les émanations mortelles de ce livre imbiberont son âme comme l’eau le sucre. Il n’est pas bon que tout le monde lise les pages qui vont suivre : quelques-uns seuls savoureront ce fruit amer sans danger. Par conséquent, âme timide, avant de pénétrer plus loin dans de pareilles landes inexplorées, dirige tes talons en arrière et non en avant. Ecoute bien ce que je te dis : dirige tes talons en arrière et non en avant, comme les yeux d’un fils qui se détourne respectueusement de la contemplation auguste de la face maternelle ; ou, plutôt, comme un angle à perte de vue de grues frileuses méditant beaucoup, qui, pendant l’hiver, vole puissamment à travers le silence, toutes voiles tendues, vers un point déterminé de l’horizon, d’où tout à coup part un vent étrange et fort, précurseur de la tempête [...]"

“Como los perros, siento necesidad de infinito… ¡Y no puedo, no puedo satisfacer esta necesidad! Soy hijo del hombre y de la mujer, según me han dicho. Me sorprende… ¡creía ser más! Por lo demás, ¿qué importa de dónde vengo? Si hubiera dependido de mi voluntad, habría preferido ser el hijo de la hembra del tiburón, cuyo apetito es amigo de las tempestades, y del tigre de reconocida crueldad: no seré tan malvado.”

“Moi, comme les chiens, j’éprouve le besoin de l’infini... Je suis fils de l’homme et de la femme, d’après ce qu’on m’a dit. Ça m’étonne... je croyais être davantage ! Au reste, que m’importe d’où je viens ? Moi, si cela avait pu dépendre de ma volonté, j’aurais voulu être plutôt le fils de la femelle du requin, dont la faim est amie des tempêtes, et du tigre, à la cruauté reconnue : je ne serais pas si méchant."

“Mi poesía consistirá, sólo, en atacar por todos los medios al hombre, esa bestia salvaje, y al Creador, que no hubiera debido engendrar semejante basura.”

“Ma poésie ne consistera qu’à attaquer, par tous les moyens, l’homme, cette bête fauve, et le Créateur, qui n’aurait pas dû engendrer une pareille vermine."

“Recibí la vida como una herida y no he permitido que el suicidio curara la cicatriz. Quiero que el Creador contemple, a cualquier hora de su eternidad, su abierta grieta.”

“J’ai reçu la vie comme un blessure, et j’ai défendu au suicide de guérir la cicatrice. Je veux que le Créateur en contemple, à chaque heure de son éternité, la crevasse béante."

“Obtenga una victoria desastrosa o sucumba, el combate será hermoso: yo solo contra la humanidad”

“Que je drive remporter une victoire, désastreuse ou succomber, le combat sera beau : moi, seul, contre l’humanité."

“Si existo, no soy otro. No admito en mí esta equívoca pluralidad. Quiero morar solo en mi íntimo razonamiento.”

“Si j’existe, je ne suis pas un autre. Je n’admets pas en moi cette équivoque pluralité. Je veux résider seul dans mon intime raisonnement."

*Los Cantos de Maldoror (fragmentos). La versión española es responsabilidad de Manuel Serrat (Ediciones Cátedra, 1988).




París, febrero de 1870

Señor,

¿Tendría la bondad de enviarme El suplemento a las poesías de Baudelaire? Incluyo 2 francos, el precio, en sellos de correos. Ojalá sea lo antes posible, porque lo necesitaría para una obra de la que habló más abajo.

Tengo el honor, etc.

I. Duchase,
Faubourg Montmartre, 32.

¿Lacroix ha consentido en la edición o qué ha hecho? ¿O es que la ha rechazado usted? Él no me ha dicho nada al respecto, y yo no lo he visto desde entonces.
¿Sabe?, he renegado de mi pasado. Ya no cantó más que a la esperanza; pero, para ello, es preciso primero atacar contra la duda de este siglo (melancolías, tristezas, dolores, desesperos, lúgubres relinchos, maldades artificiales, orgullos pueriles, cómicas maldiciones, etc., etc.). En una obra que llevaré a Lacroix a primeros de marzo, tomo en consideración las más bellas poesías de Lamartine, de Victor Hugo, de Alfred de Musset, de Byron et de Baudelaire, y las corrijo en el sentido de la esperanza; señalo qué habría hecho falta hacer. Al mismo tiempo corrijo 6 de piezas de las peores de mi santo libro.


Paris, 21 février 1870

Monsieur,

Auriez-vous la bonté de m’envoyer Le supplément aux poésies de Baudelaire. Je vous envoie ci-inclus 2 f., le prix, en timbres de la poste. Pourvu que ce soit le plus tôt possible, parce que j’en aurais besoin pour un ouvrage dont je parle plus bas.

J’ai l’honneur etc.

I. Ducasse,
Faubourg Montmartre, 32.

Lacroix a-t-il cédé l’édition ou qu’en a-t-il fait ? Ou, l’avez-vous refusée ? Il ne m’en a rien dit. Je ne l’ai pas vu depuis lors. – Vous savez, j’ai renié mon passé. Je ne chante plus que l’espoir ; mais, pour cela, il faut attaquer le doute de ce siècle (mélancolies, tristesses, douleurs, désespoirs, hennissements lugubres, méchancetés artificielles, orgueils puérils, malédictions cocasses etc., etc.). Dans un ouvrage que je porterai à Lacroix aux 1ers jours de Mars, je prends à part les plus belles poésies de Lamartine, de Victo Hugo, d’Alfred de Musset, de Byron y de Baudelaire, et je les corrige dans le sens de l’espoir ; j’indique comment il aurait fallu faire. J’y corrige en même temps 6 pièces des plus mauvaises de mon sacré bouquin.

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