Lo reconozco. La palabra ‘genio’ me incomoda. Es un término tremebundo, imposible de aplicar con propiedad. No estoy seguro tampoco de que el viejo Borges no tuviese razón cuando afirmaba aquello de que las obras maestras son fruto de la casualidad o del error. Ni siquiera estoy cierto de acertar con la cita. Así que ahí va otra: ‘Deus quer / O homem sonha / A obra nasce’ (otra vez Pessoa). Elimine o sustitúyase el primero de los términos a conveniencia; los más posmodernos pueden incluso liberarse del segundo.
En fin, una breve ristra de bobadas pseudo-eruditas para presentar el retal fílmico que puede verse más abajo. El señor que filmó el travelling con grúa más enrevesado de la historia del cine, el caballero que depuró la imagen cinematográfica hasta hacerla tan densa que reventaba el plano y el jovencito que fue capaz de concentrar toda la desolación en una puerta que se agita sobre un páramo arrasado por la guerra juntos sobre un escenario en una ciudad del sur de Francia. Es todo.
En fin, una breve ristra de bobadas pseudo-eruditas para presentar el retal fílmico que puede verse más abajo. El señor que filmó el travelling con grúa más enrevesado de la historia del cine, el caballero que depuró la imagen cinematográfica hasta hacerla tan densa que reventaba el plano y el jovencito que fue capaz de concentrar toda la desolación en una puerta que se agita sobre un páramo arrasado por la guerra juntos sobre un escenario en una ciudad del sur de Francia. Es todo.
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