RESIDUA. 25 PROPUESTAS EDIFICANTES PARA ALIVIAR EL TEDIO AGOSTEÑO.
Uno de los más feos vicios del hacedor de blogs –y a fe que dispone de un surtido notable- consiste en decir a los otros lo que han de leer, ver y escuchar. Como no hay vicio al que no quiera entregarme ni tentación en la que no desee caer –sobre todo, sin son tan poco costosos como los que aquí se reseñan-, también yo he decidido daros hoy la murga con una sarta de propuestas que pueden ayudar a aliviar un tanto el aburrimiento de los largos días de este agosto que avanza sin ninguna consideración hacia septiembre. Panda de vagos, que es lo que sois.
A. TUMBADOS EN LA HIERBA (De nuestra biblioteca particular).
1. La historia de El Capital de Karl Marx, Francis Wheen, Debate, 2006, 157 pp. He de confesar que, a estas alturas de la representación, es mucha la literatura marxiana y marxista que he trasegado. Buena, mala y de la peor, que es –naturalmente- la que más abunda. Semejante proposición inicial no tiene como objetivo tirarme el folio –que también-, sino justificar el hecho de que ya no resulta nada fácil que me encuentre con un producto que consiga sorprenderme de verdad. Pues bien, el que ahora os invito a leer lo ha conseguido. Escrito por el británico Francis Wheen, uno de los últimos y más celebrados biógrafos del Moro, y publicado en la colección Libros que cambiaron el mundo de la Editorial Debate, La historia de El Capital es un libro ágil, ameno y valeroso. Ágil y ameno porque se lee con la facilidad de las novelas mejor escritas e incita a que lo engullamos de una sentada. Valeroso, porque aún ahora se atreve a reivindicar la corrosiva actualidad del texto de Marx. “Al tiempo que escribía El Capital –afirma Wheen-, Marx estaba abandonando la prosa convencional para adentrarse en el collage literario radical (mediante la yuxtaposición de voces y citas procedentes de la mitología y la literatura, de los informes de los inspectores fabriles y de los cuentos de hadas, a la manera de los Cantos de Ezra Pound o La tierra baldía de Eliot). ElCapital es tan disonante como la música de Schoenberg, tan espeluznante como los relatos de Kafka”.
2. Memorias de un anarquista en prisión, Alexander Berkman, Melusina, 2007, 508 pp. A la vuelta de las vacaciones me encontré en el buzón con una doble sorpresa. José Pons, editor de Melusina, me obsequiaba con dos sabrosos títulos de su –por otro lado- suculento catálogo: la Teoría del Bloom de Tiqqun, a la que todavía no he tenido ocasión de hincarle el diente y la obra de la que aquí se habla. Trataremos del libro con algo más de calma en una futura sección que probablemente lleve el nombre de Libros contados, para empezar, porque aún ando enredado en su lectura, pero, sobre todo, porque creo que lo merece. Baste, por ahora, con la invitación que os hago: no lo dejéis pasar. “Siempre tomé partido por la opinión extrema. Cuanto más radical sea el tratamiento, sostenía, tanto más rápida será la cura. La sociedad es un paciente enfermo, tanto constitucional como funcionalmente. El tratamiento quirúrgico es a menudo imperativo. El derrocamiento de un tirano no resulta simplemente justificable, sino que es la obligación más alta de cualquier revolucionario auténtico. La vida humana es, desde luego, sagrada e inviolable. Pero la muerte de un tirano, de un enemigo del Pueblo, no debe ser considerada en absoluto como la supresión de una vida. Un revolucionario preferiría perecer mil veces a ser culpable de lo que se entiende de ordinario como un asesinato”.
3. El sabio, el mercader y el guerrero. Del rechazo del trabajo al surgimiento del cognitariado, Franco Berardi (Bifo), Acuarela & A. Machado, 2007, 285 pp. Bifo es uno de los más lúcidos supervivientes del movimiento autónomo italiano de los años setenta. Uno de los que nunca entregó las armas: desde el setenta y siete para acá no ha dejado de producir materiales para la construcción de una conciencia crítica, radical y combativa, ni de participar en los proyectos de contra-información disidente que ha parido la Italia contestaria de los últimos treinta años: desde la mítica Radio Alice hasta Rekombinant o Telestreet (podéis encontrar los vínculos en la columna de la derecha). De entre sus trabajos recientes, éste es, a mi ver, uno de los más ricos, densos y profundos. Para leer despacio y al menos un par de veces.
"En los primeros años del nuevo milenio, un movimiento mundial se ha estado oponiendo con eficacia a la globalización capitalista, logrando un importante resultado: la erosión de la base ideológica en la que se fundaba el apoyo a las políticas liberales y la desestabilización de los organismos de decisión unilateral y autoritaria del capitalismo global sobre la fuerza de trabajo. Pero al mismo tiempo, el fundamento mismo del poder capitalista global ha cambiado, y al consenso y al apoyo social los ha sustituido el terror, la guerra y la colonización mediática integral. En esta nueva situación, la eficacia del movimiento de los "foros sociales" ha disminuido y el problema hoy no es atacar al consenso sino fundar la autonomía respecto al capital por medio de un proceso de recombinación de saberes, de técnicas y de las interfaces sociales".
4. Crisis de Palabras. Notas a partir de Cornelius Castioradis y Guy Debord, Daniel Blanchard, Acuarela & A. Machado, 2007, 187 pp. Blanchard fue, junto a Castioriadis, Lefort y Lyotard, uno de los principales animadores del colectivo postrostkista Socialisme ou Barbarie. En 1959 entró en contacto con Guy Debord y durante algún tiempo sirvió de enlace entre socialbarbares y situacionistas; con Debord escribirá precisamente los famosos Preliminares a la definición de la unidad del programa revolucionario. Crisis de Palabras reúne una serie de textos de Blanchard de muy distintas fechas y procedencia, pero todos recientes, que se ha encargado de reunir Amador Fernández-Savater, que además se ocupa del prólogo, y en los que Blanchard vuelve a indagar una vez más en las condiciones teóricas y prácticas de la emancipación. “Deseo de revolución: ¿podría ser que la carga energética de esta palabra, que durante más de dos siglos ha levantado a los pueblos y hecho saltar edificios históricos seculares, se encuentre hoy en día extenuada, hasta el punto de no subsistir ya más que como una tenue carbonilla en lo más profundo de la nostalgia de algunos individuos? A menos que creamos localizarla en el hambre de novedades artificiales que el comercio y los media se empeñan en suscitar en nosotros, y que con tanta ligereza llaman “revolución” a las más lamentables combinaciones técnicas…”
5. Un manifiesto anticapitalista, Alex Callinicos, Crítica, 2003, 186 pp. Obra de circunstancias y de combate de uno de los más destacados teóricos marxistas en lengua inglesa de los últimos años. Callinicos, activista además de intelectual, se pregunta por el sentido último de los actuales movimientos antisistémicos: ¿son simplemente expresión de un malestar informe o implican en efecto una propuesta eficaz de superación del modo de producción capitalista? “El neoliberalismo –la ideología del Consenso de Washington que subyace al ardor guerrero de la administración Bush- ofrece una realización de estos valores altamente selectiva: reduce la libertad al derecho a comprar y vender, la igualdad a un formalismo legal; desintegra la solidaridad en individualismo privatizado, y amenaza al propio planeta del que dependemos todos los humanos para hacer realidad nuestros deseos y desarrollar nuestros proyectos. El movimiento anticapitalista ofrece una lectura radicalmente distinta de la libertad, la igualdad y la solidaridad según la cual su realización sólo puede conseguirse por oposición al capitalismo global y, en mi opinión, reemplazándolo. Es éste el movimiento que ofrece la auténtica promesa de modernidad al promover una emancipación verdaderamente universal que haría del destino de este planeta y de todos sus habitantes un proyecto colectivo y democrático. Ahora más que nunca tenemos un mundo por ganar”.
Vamos rápido con la ficción.
1. Chaperos, Dennis Cooper, 2007, El Tercer Nombre, 221 pp. Traducción al castellano realizada por Juan Bonilla -que además se encarga de la introducción- de The Sluts, novela publicada originalmente en inglés en el año 2004. Compleja trama de obsesiones tejida entre las redes de la www. Juntocon Closer y Guide, lo mejor -en mi opinión- que ha escrito nuestro amigo Dennis.
2. Fango, Niccolò Ammaniti, Mondadori, 1996, 317 pp. Obra primeriza de uno de los más destacables y rescatables representantes de lo que en Italia se conoce como Gioventù cannibale. Desgraciadamente -al menos por lo que sé-, el libro no está traducido al castellano. Los siete relatos que recoge el volumen tienen su punto, pero yo me quedo en particular con L'ultimo capodanno dell'umanità, que abre el fuego y del que, por cierto, existe una versión cinematográfica, y con Fango (Vivere e morire al Prenestrino), que le pone título al libro. Salvaje, irreverente, desopilante.
3. La literatura nazi en América, Roberto Bolaño, Seix Barral, 2005, 252 pp. Nueva tirada de la reedición del año 2005 del libro que Bolaño publicase en 1996. Si en ninguna de estas fechas pudisteis haceros con un ejemplar de La literatura nazi..., ésta es la ocasión. El propio Bolaño presentaba su obra en los siguientes términos: "una antología vagamente enciclopédica de la literatura filo-nazi producida en América desde 1930 a 2010, un contexto cultural que, a diferencia de Europa, no tiene conciencia de lo que es y donde se cae con frecuencia en la desmesura". Delicioso diccionario ficticio de autores más o menos fascistas y más o menos inexistentes, pero dignos, en todo caso, de figurar en la borgesiana Historia universal de la infamia.
4. La Possibilité d'une île, Michel Houellebecq, Fayard, 2005, 474 pp. Supongo que la novela ya está traducida al castellano, pero, como lo que tengo delante es un ejemplar de la edición francesa de bolsillo, a ella me remito. Lucídisimo reaccionario, banal manipulador, para algunos, hondo polemista, para otros... he de confesar que a mí Houellebecq consigue engancharme. Sus libros son de esos pocos que logran agarrarme por el pescuezo y que no me sueltan hasta llegar, ya sin resuello, al final. Esto, desde luego, tiene un valor meramente doméstico y, a lo peor, hasta es indicio de mi pésimo gusto y escasas exigencias como lector. No sé. En cualquier caso, considero que Possibilité está entre lo mejor que Houellebecq ha escrito hasta la fecha.
5. Lunar Park, Bret Easton Ellis, Debols!llo, 2007, 378 pp. Enésima reimpresión de la edición española de la última novela del niño más malo y más mimado de las letras estadounidenses. Ellis emplea aquí con eficacia el utillaje narrativo de -pongamos- un Stephen King para dar formar a sus terrores de escritor de éxito. Ligerita y entretenida, le cuadra bien a las horas de holganza -si las tenéis- de esta época del año.
B. DESDE EL SOFÁ (De nuestra cinemateca particular).
1. Sei donne per l'assassino, Mario Bava(1964). Mario Bava establecía en esta cinta de mediados de los años sesenta las coordenadas y el código básico del giallo cinematográfico italiano, que más tarde desarrollaría y llevaría hasta sus últimas consecuencias el maestro Dario Argento. El tratamiento de los colores en esta película es algo que -reconozco- me sigue fascinando.
2. La traversée de Paris, Claude Autant-Lara (1956). Curiosa película de Autant-Lara sobre el mercado negro en la Francia ocupada. Rodada en un precioso blanco y negro y basada en un relato de Marcel Aymé, el film sigue las vicisitudes de dos personajes que arrastran sendos pares de maletas cargadas de carne de cerdo por el París nocturno de la década de los cuarenta
3. No profanar el sueño de los muertos, Jorge Grau (1974). Magistral aportación del catalán Jorge Grau al cine de zombies. Rodada en el norte de Inglaterra media docena de años después de que Romero produjese su clásico, la película tiene además un toque cándidamente ecologista que la hace muy actual.
4. El Cremador, Juraj Herz (1968). Película sobriamente expresionista rodada a favor de los vientos liberadores de la Primavera de Praga. Relato inquietante de la transformación de un gris burgués más o menos pequeño en un monstruo fascista. Hablando de grises: memorable la fotografía en blanco y negro.
5. Lavorare con lentezza, Guido Chiesa (2004). Para completar la lectura del texto de Bifo comentado más arriba, se puede ver esta reciente película de Chiesa en la que, en clave de comedia, se cuenta el proceso de construcción de Radio Alice y las tribulaciones del movimiento autónomo boloñés. El guión está firmado por el colectivo Wu Ming.
6. Il Grido, Michelangelo Antonioni (1957). El bueno de Antonioni se nos fue hace unos días y me sorprende que, en general, no se le haya tenido en tanta consideración como a Bergman, el otro muerto egregio y reciente de la cinematografía europea. En fin, no es que sea muy amigo de homenajes y panegíricos, pero si esta breve mención puede hacer las veces de lo uno o de lo otro, que así sea. Se da la coincidencia además de que este mismo año se cumple el cincuenta aniversario del estreno de Il Grido, que sigue siendo una de mis películas favoritas en la filmografía del cineasta ferrarense.
7. Eros, Michelangelo Antonioni, Steven Soderbergh y Wong Kar-Wai (2004). Antonioni por partida doble. Aquí el italiano firma tan sólo la tercera parte del film, aquella que abre la película y lleva por título Il filo pericoloso delle cose. La mejor es, con todo, la aportación de Wong Kar-Wai, The hand, una enfermiza historia de amor que algunos les parecerá una suerte de versión comprimida de Deseando amar. De la de Sodenbergh (Equilibrium) se puede prescindir.
8. Universal Horror, Kevin Brownlow (1998). Fascinante documental sobre los tiempos gloriosos de la mayor fábrica de monstruos cinematográficos que haya existido jamás.
9. L'ivresse du pouvoir, Claude Chabrol (2006). Penúltima película de una de las tres personas de la Santísima Trinidad nouvelle-vaguista. Chabrol es un cineasta ondulante: sube y baja de forma imprevisible. A mí me gustan incluso sus malas películas, pero estoy seguro de que hasta sus más severos críticos convendrán en que ésta es una pequeña obra maestra. Cautivadora, como siempre, Isabelle Huppert, en un papel que, por cierto, no tiene nada de simpático.
10. Alpha Dog, Nick Cassavetes (2006). Una de las grandes sorpresas de la temporada. No sé si de ésta o de la anterior, pero tanto da. Crónica del pijerío californiano, que mata el tiempo jugando a las pelis de gángsteres, y al propio tiempo relato de un crimen banal narrado con pulso firme por el hijo del soberbio John Cassavetes.
N.B.- El orden de presentación de las películas no implica necesariamente preferencia.
(Gracias a los colegas de Cine-Clásico por su inconmensurable amabilidad y por su perenne disposición)
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