1789, 1830, 1848, 1870, 1917, 1934-1936, 1968… La superstición de las cifras, el hechizo de la fecha histórica. La Modernidad, que se supone fundada en una concepción lineal, progresiva y acelerada del tiempo, no ha dejado, sin embargo, de mirar por encima del hombro hacia el pasado, y no ha habido generación –cuando menos, europea- que no haya buscado inspiración para su emancipación presente o futura en las revoluciones de sus padres o de sus abuelos. Hasta los de 1789 creían estar reverdeciendo los laureles del mundo grecolatino.
Han pasado cuarenta años desde que comenzase el ciclo de luchas que generalmente queda comprimido en la fórmula de ‘mayo del 68’. Desde entonces para acá –si se exceptúa el caso italiano, con el que nos toparemos a menudo-, Europa no ha vivido nada semejante. Lo que significa que hay ya un par de generaciones que se ha criado en la normalidad recuperada y que no ha experimentado en primera persona nada que se parezca a un movimiento de rebelión colectiva como el que se produjo a finales de la década de los sesenta.
Por eso, mayo del 68 –fuera aquello lo que en realidad fuese- sigue siendo la revolución de los que ni siquiera habíamos nacido en aquellas fechas. De forma consciente o inconsciente, los movimientos contestatarios de hoy siguen explotando el semillero de prácticas –discursivas, de resistencia, de combate- que se ensayaron en las calles de París, de Berlín o de Milán hace ahora ocho lustros. Nuestras críticas, no ya a la vieja, sino a la viejísima izquierda proceden de ahí; los textos en los que nos apoyamos tienen, en su mayoría, como autores a gentes que estuvieron implicadas en los acontecimientos. Nos alimentamos de toda una mitología de mayo.
Y sin embargo, de las dos generaciones mencionadas, al menos la más joven conoce poco o nada de lo que ocurrió entonces. Hace un par de semanas, tuve ocasión de preguntar a un grupo de unos veinticinco jóvenes de en torno a los 18 años si había oído hablar alguna vez del mayo francés. Sólo uno de ellos sabía vagamente que algo había pasado con los estudiantes universitarios, y ese mismo tenía noticia de la existencia de una organización armada llamada Brigadas Rojas. Pero nada más. Poco antes, había planteado la misma cuestión a chavales de entre 16 y 17: los que se atrevieron a aventurar una respuesta confundían el mayo de 1968 con el de 1808.
Lo que me propongo, desde ahora y hasta donde me alcancen las fuerzas, es aprovechar la efeméride para recopilar documentos de todo tipo que tengan que ver de un modo u otro con las movidas de mayo. Seguramente se me colarán, en algún momento, reflexiones propias, pero procuraré en general dejar la palabra a quienes participaron en las revueltas; como diría Jean-Franklin Narodetzki, ‘sin ventrílocuo que hable en su nombre’. Los textos, imágenes, películas, etc. irán publicándose en paralelo o alternativamente en amputacioneS y Multitud. Huelga decir que cualquier ayuda, recomendación o crítica será bienvenida.
Han pasado cuarenta años desde que comenzase el ciclo de luchas que generalmente queda comprimido en la fórmula de ‘mayo del 68’. Desde entonces para acá –si se exceptúa el caso italiano, con el que nos toparemos a menudo-, Europa no ha vivido nada semejante. Lo que significa que hay ya un par de generaciones que se ha criado en la normalidad recuperada y que no ha experimentado en primera persona nada que se parezca a un movimiento de rebelión colectiva como el que se produjo a finales de la década de los sesenta.
Por eso, mayo del 68 –fuera aquello lo que en realidad fuese- sigue siendo la revolución de los que ni siquiera habíamos nacido en aquellas fechas. De forma consciente o inconsciente, los movimientos contestatarios de hoy siguen explotando el semillero de prácticas –discursivas, de resistencia, de combate- que se ensayaron en las calles de París, de Berlín o de Milán hace ahora ocho lustros. Nuestras críticas, no ya a la vieja, sino a la viejísima izquierda proceden de ahí; los textos en los que nos apoyamos tienen, en su mayoría, como autores a gentes que estuvieron implicadas en los acontecimientos. Nos alimentamos de toda una mitología de mayo.
Y sin embargo, de las dos generaciones mencionadas, al menos la más joven conoce poco o nada de lo que ocurrió entonces. Hace un par de semanas, tuve ocasión de preguntar a un grupo de unos veinticinco jóvenes de en torno a los 18 años si había oído hablar alguna vez del mayo francés. Sólo uno de ellos sabía vagamente que algo había pasado con los estudiantes universitarios, y ese mismo tenía noticia de la existencia de una organización armada llamada Brigadas Rojas. Pero nada más. Poco antes, había planteado la misma cuestión a chavales de entre 16 y 17: los que se atrevieron a aventurar una respuesta confundían el mayo de 1968 con el de 1808.
Lo que me propongo, desde ahora y hasta donde me alcancen las fuerzas, es aprovechar la efeméride para recopilar documentos de todo tipo que tengan que ver de un modo u otro con las movidas de mayo. Seguramente se me colarán, en algún momento, reflexiones propias, pero procuraré en general dejar la palabra a quienes participaron en las revueltas; como diría Jean-Franklin Narodetzki, ‘sin ventrílocuo que hable en su nombre’. Los textos, imágenes, películas, etc. irán publicándose en paralelo o alternativamente en amputacioneS y Multitud. Huelga decir que cualquier ayuda, recomendación o crítica será bienvenida.
Abrimos fuego con una selección de pintadas parisinas y con un breve fragmento de Jesús Ibáñez sobre el fracaso / victoria de la Revolución de Mayo.
4 comentarios:
en medio de mucho trabajo es un enorme respiro visitarlo, una pregunta, el texto del post anterior es de Ibañez? … de donde vino? vienen más?
salud,
Rodrigo.
Saludos, Rodrigo.
El texto, en efecto, es de Jesús Ibáñez. Procede de aquí: 'Tiempo de Postmodernidad', en 'La polémica de la posmodernidad', José Tono Martínez (Coord.), Ediciones Libertarias, Madrid, 1986. Contribuciones de Ibáñez no hay más que ésta. En el libro pueden encontrarse además artículos de Toni Negri, Alfonso Sastre, Eduardo Subirats, Gómez de Liaño... y así hasta 17 autores.
Imagino que la obra ya estará fuera de catálogo. Pero si estás interesado, tal vez aquí puedan informarte: http://www.libertarias.com/
Parece que el libro aún está disponible:
http://www.libertarias.com/index.php?menu=3&op=7&tit=42
gracias!
Publicar un comentario