martes, 9 de junio de 2009

VOCES. 1909-2009: El Futurismo ya es historia. Rusia

En 1912, el grupo Hylaea de San Petersburgo, compuesto por un puñado de jóvenes airados (Velimir Jlébnikov, Alekséi Kruchenij, David Burliuk y Vladímir Mayakovski), lanzaba el manifiesto Bofetada al gusto del público; era el acto inaugural del futurismo ruso.



Bofetada al gusto del público

A quienes lean nuestra Nueva Primera Inesperada. Solamente nosotros somos la imagen de nuestro Tiempo. El corno del tiempo resuena en nuestro arte verbal.
El pasado es estrecho. La Academia y Pushkin menos comprensibles que jeroglíficos.
Puskin, Dostoievski, Tolstoi, etcétera, etcétera, deben ser tirados por la borda del vapor del Tiempo Presente.
Quien no olvida su primer amor no vivirá el último.
¿Quién será tan crédulo para entregarle su último amor a la perfumada lujuria de Balmont? ¿Acaso encontrará allí un reflejo del valeroso ánimo del día de hoy?
¿Quién será tan cobarde que no se atreverá a arrancar la coraza de papel del negro frac del guerrero Briùsov? ¿Encontrará allí acaso la aurora de una belleza desconocida?
Lavaos la mano que ha tocado la porquería de los libros escritos por intocables Leónidas Andreyevs.
Todos esos Máximos Gorkis, Kuprins, Blocks, Sologubs, Remizov, Averchenckos, Chornys, Kuzmins, Bunins, etcétera, etcétera; sólo necesitan quintas a la orilla de un río. Así recompensa el destino a los sastres.
¡Desde la altura de los rascacielos miramos su pequeñez!


La nube en pantalones (Prólogo) - Vladímir Mayakovski (1915)


Con mi corazón sangrante desgarrado en harapos
excitaré
vuestra mente
que sueña en cerebros reblandecidos
cual cebado lacayo en mugriento sofá;
hasta hartarme me burlaré, atrevido y mordaz.

Ni una sola cana mi alma tiene,
ni en mis años hay ternura senil.
La fuerza de mi voz atruena el mundo
y con veintidós años
camino enhiesto, hermoso.

¡Vosotros los delicados!
que sobre tiernos violines recostáis el amor
o, si rudos sois, sobre timbales.
Nunca podréis hacer como yo,
volverse del revés y ser todo labios.
Venid y aprended.

Damas pulidas envueltas en sedas y batistas
que humedeciendo los labios hojean los libros
como cocineras un libro culinario:
¡dejad esa decencia de ligas angelicales!
Si quieren
amaré la carne hasta la locura
y, tornasolado como el cielo,
si quieren
seré intachablemente delicado:
no seré un hombre,
sino una nube en pantalones.

En el mundo no existe una Niza florida.
Hoy glorifico de nuevo
a hombres cansados como un hospital,
y a mujeres sobadas como un refrán.







Yo no sé si la tierra gira o no,
Depende, si la palabra cabe en el renglón.
No sé si mis antepasados fueron o no simios,
Así como no sé si se me antoja lo dulce o lo ácido.
Pero yo sé que quiero arder y quiero que el sol
Se una en un estremecimiento con la mano.
Y quiero que el rayo de una estrella bese mis ojos,
Como se besan los hermosos ojos de los venados.
Quiero que cuando yo palpite un temblor total invada el universo.
Y quiero creer que hay algo que permanecerá
Cuando el tiempo cambie, por ejemplo, la trenza de la mujer que amo.
Yo quiero sacar el paréntesis del factor común, que me da unidad,
El sol, el cielo, el polvo perlado.

Velimir Jlébnikov (1909). Versión de Jorge Bustamante.




Mayakovsky - Michael Craig (2007)

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