Devenir Céline recoge un puñado de cartas hasta ahora inéditas que tienen como remitente, destinatario o razón de ser al joven Louis-Ferdinand Destouches. En términos literarios, y en general, puede decirse que el libro tiene un interés periférico y acaso limitado a aquellos que –como el que esto escribe- consideran que Céline es uno de los más grandes autores de la historia de la palabra escrita. Estos últimos sin duda disfrutarán, y mucho, con la reconstrucción fragmentaria de la existencia de este Céline antes de Céline.
Las cartas cubren el periodo que va de 1912 a 1919, es decir, desde los 18 a los 25 años en la vida del que, por entonces, suele firmar como Louis Des Touches, y ofrecen el material en crudo del que luego se nutrirán textos de Céline como L’Église, Casse-pipe, Guignol’s Band y, sobre todo, Voyage au bout de la nuit. A los interesados en el cotilleo literario les servirá, entre otras cosas, para apreciar la notable distancia que media, por ejemplo, entre el descreído Bardamu y el patriotero suboficial Destouches o para desmontar el mito (elaborado, en buena parte, por el propio escritor) de un Céline revolucionario de primera hora, que habría ido a parar a las filas de la reacción política a golpe de desencanto. Como ya indicó Michel Bounan, Destouches era un radical de derechas antes de convertirse en Céline y, desde luego, mucho antes de redactar los dichosos panfletos.
Del mismo modo que en la obra literaria de Céline, el centro simbólico de este epistolario primerizo se encuentra en la Guerra del 14-18, de la que Destouches sólo sufrió en primera línea el primer año. En cualquier caso, el bautizo de fuego en el frente es la escena central de un recorrido iniciático que, como señala Véronique Robert-Chovin (editora del volumen), podría distribuirse en ocho actos, correspondientes a otros tantos espacios geográficos:
1. La academia militar de Rambouillet (noviembre de 1912 – julio de 1914). Las cartas de este periodo muestran a un Destouches depresivo, jinete poco hábil, que a duras penas consigue adaptarse a la vida del cuartel. Es el mismo personaje que puede encontrarse en el Carnet du cuirassier Destouches.
2. La guerra en el frente del Mosa y de Flandes (1 de agosto – 27 de octubre de 1914): el Destouches patriótico y confiado en una victoria rápida sobre Alemania. Se echa de ver cierta destreza literaria en la viveza de las descripciones con las que informa a su padre sobre la evolución de los primeros pasos del conflicto; y aparece también el joven suboficial versado en los mecanismos del arte militar.
3. El Hospital auxiliar de Hazebrouck (noviembre de 1914), en el que Destouches se recupera de sus heridas de guerra. Es el joven héroe al que sus camaradas felicitan por las hazañas realizadas y por su reciente condecoración.
4. Convalecencia en París (1 de diciembre – mayo de 1915).
5. Londres (mayo de 1915 – marzo de 1916), donde el veterano de apenas veinte años se dedica a cursar pasaportes para sus compatriotas en suelo inglés.
6. Regreso a París (abril-mayo de 1916): el Destouches mujeriego que hace vida en los cafés –en el de la Paix, sobre todo- y trata de conquistar a jóvenes actrices por medio de notitas galantes.
7. Camerún (junio de 1916 – abril de 1917): el Destouches colonial, y lo mejor del libro. El autor de estas cartas empieza a asemejarse un tanto a Céline; quien sabe si empujado por la soledad, el Destouches del periodo africano parece mostrar una mayor preocupación por lo literario. Impagables las cartas en las que se habla del aristócrata sueco (“que se distingue –según Destouches- por tres particularidades: caza elefantes, es marqués y cocina admirablemente las patatas fritas”) o del prospector Jim Eccles y su patético final.
8. Oeste de Francia, es decir, Rennes y Burdeos (marzo de 1918 – julio de 1919): el Destouches que trabaja como conferenciante para la Fundación Rockefeller alertando de los peligros de la tuberculosis para el cuerpo social y la raza francesa. Se anuncia aquí el higienista, el doctor Destouches, médico de los pobres.
Las cartas cubren el periodo que va de 1912 a 1919, es decir, desde los 18 a los 25 años en la vida del que, por entonces, suele firmar como Louis Des Touches, y ofrecen el material en crudo del que luego se nutrirán textos de Céline como L’Église, Casse-pipe, Guignol’s Band y, sobre todo, Voyage au bout de la nuit. A los interesados en el cotilleo literario les servirá, entre otras cosas, para apreciar la notable distancia que media, por ejemplo, entre el descreído Bardamu y el patriotero suboficial Destouches o para desmontar el mito (elaborado, en buena parte, por el propio escritor) de un Céline revolucionario de primera hora, que habría ido a parar a las filas de la reacción política a golpe de desencanto. Como ya indicó Michel Bounan, Destouches era un radical de derechas antes de convertirse en Céline y, desde luego, mucho antes de redactar los dichosos panfletos.
Del mismo modo que en la obra literaria de Céline, el centro simbólico de este epistolario primerizo se encuentra en la Guerra del 14-18, de la que Destouches sólo sufrió en primera línea el primer año. En cualquier caso, el bautizo de fuego en el frente es la escena central de un recorrido iniciático que, como señala Véronique Robert-Chovin (editora del volumen), podría distribuirse en ocho actos, correspondientes a otros tantos espacios geográficos:
1. La academia militar de Rambouillet (noviembre de 1912 – julio de 1914). Las cartas de este periodo muestran a un Destouches depresivo, jinete poco hábil, que a duras penas consigue adaptarse a la vida del cuartel. Es el mismo personaje que puede encontrarse en el Carnet du cuirassier Destouches.
2. La guerra en el frente del Mosa y de Flandes (1 de agosto – 27 de octubre de 1914): el Destouches patriótico y confiado en una victoria rápida sobre Alemania. Se echa de ver cierta destreza literaria en la viveza de las descripciones con las que informa a su padre sobre la evolución de los primeros pasos del conflicto; y aparece también el joven suboficial versado en los mecanismos del arte militar.
3. El Hospital auxiliar de Hazebrouck (noviembre de 1914), en el que Destouches se recupera de sus heridas de guerra. Es el joven héroe al que sus camaradas felicitan por las hazañas realizadas y por su reciente condecoración.
4. Convalecencia en París (1 de diciembre – mayo de 1915).
5. Londres (mayo de 1915 – marzo de 1916), donde el veterano de apenas veinte años se dedica a cursar pasaportes para sus compatriotas en suelo inglés.
6. Regreso a París (abril-mayo de 1916): el Destouches mujeriego que hace vida en los cafés –en el de la Paix, sobre todo- y trata de conquistar a jóvenes actrices por medio de notitas galantes.
7. Camerún (junio de 1916 – abril de 1917): el Destouches colonial, y lo mejor del libro. El autor de estas cartas empieza a asemejarse un tanto a Céline; quien sabe si empujado por la soledad, el Destouches del periodo africano parece mostrar una mayor preocupación por lo literario. Impagables las cartas en las que se habla del aristócrata sueco (“que se distingue –según Destouches- por tres particularidades: caza elefantes, es marqués y cocina admirablemente las patatas fritas”) o del prospector Jim Eccles y su patético final.
8. Oeste de Francia, es decir, Rennes y Burdeos (marzo de 1918 – julio de 1919): el Destouches que trabaja como conferenciante para la Fundación Rockefeller alertando de los peligros de la tuberculosis para el cuerpo social y la raza francesa. Se anuncia aquí el higienista, el doctor Destouches, médico de los pobres.
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