1. LA CHINCHE
“¡Menuda chinche!” – exclamamos ante la presencia de ciertas personas cuya cercanía puede contrariarnos por su fealdad, su olor, su falta de proporciones, su cobardía, sus pies planos, su escasos modales, su afabilidad hipócrita o su gargantuesca capacidad de absorción. No nos cansamos de difamar a las chinches. El piojo, la pulga, la tenia, la duela, la filaria, el ácaro de la sarna son parásitos que se quedan en su sitio, asumen la responsabilidad de sus actos y comen hasta que revientan. La chinche, por el contrario, ataca, se hincha y se las pira. Conque necesita condiciones de existencia de lo más lujosas.
Todo el mundo sabe la desagradable afección a la que da nombre este bicho (1). Ahora bien, no es por la nariz por donde emite su olor infecto la chinche, a la que generalmente hay que momificar para poder emplearla como clavo (2), sino por unas glándulas de las que tampoco hay por qué sentirse orgulloso. El cuerpo ovalado de 5 mm. de longitud, estrecho por delante, termina en una cabeza cuadrada, indicio de cabezonería y de un carácter obtuso, y en ella destaca un capuchón que sirve de estuche a cuatro estiletes. Para que no falten.
Cada dos meses, como un reloj, esta flor del catre pone 50 huevos, que eclosionan en pocos días. ¡Que duerme en invierno, dicen! En cuanto se enciende la calefacción, se acabó el invierno: no hay invierno que valga para el terror de los colchones. ¡Cucú, que llega el día! Detrás de una puerta, en un rodapié, al abrigo de un cuadro o de un visillo, a la sombra del somier… está una tan cómoda.
Y son infatigables… Que se va usted 8 días, pues 8 días que ayunan; que son 6 meses, pues 6 meses. Esperan fieles a que regrese usted al hogar. Fieles, pero no exclusivistas, pues pican a cualquiera. Les lleva 5 minutos hincharse a gusto, en batallón cerrado cuando hay aglomeraciones, y prefieren, sobre todo en el caso de las chinches salvajes, los soportes en vertical. (Nuestras chinches domésticas deben de estar acostumbradas a hacer equilibrios sobre los antebrazos o erguirse a lo largo de nuestro cuerpo para que el estilete penetre de la forma más satisfactoria). Ya han demostrado los acróbatas que nada impide comer cabeza abajo. Después desaparecen con la complicidad de la noche, que no son tontas. Como recuerdo de sus cosquillitas, usted se queda con un punto blanco rodeado por una zona roja. No gran cosa, aunque a veces pica.
Para empujarla al suicidio, se le acusa de transmitir la tuberculosis, la fiebre recurrente, el botón de Oriente y los mejores deseos para el año nuevo. Y para darle caza se usan bolas de naftalina, o bien se le hace absorber polvos de piretro, a los que se prende fuego para provocar la explosión.
(1) Punaisie, de punaise (chinche) – Dolencia caracterizada por el hedor que desprenden las narices de quien la padece.
(2) Punaise, en francés, es tanto ‘chinche’ como ‘chincheta’.
2. EL VAMPIRO
2 comentarios:
Gracias por hacernos disfrutar con tu Blog.
Pues a mí me ha hecho muy feliz el descubrimiento de 'Distant Dreams'. Me has traído a la memoria a alguien que tenía injustamente olvidado y que leí mucho en mis años mozos: Alfonso Costafreda.
Abrazos.
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