viernes, 18 de noviembre de 2011

ESPECIAL 5º ANIVERSARIO. De-blogging: Fabián (Cabaret Lenin)




Cuando fue la invasión al Líbano por parte del Estado de Israel la seguí por una lista de bloggers del lugar. Una manera negativa de juzgar la importancia del asunto es revisar afiches de propaganda de guerra de principios y mediados del siglo XX -si no artículos de la prensa "seria". ¡Eso ya no es posible, ahora menos que nunca! La mediación del aparato informativo continúa, cada uno con su mayor o menor ética, con sus mejores o peores desempeños, pero los turros la tienen más difícil.

¡Los años 90! ¡Los suplementos, las revistas culturales! ¡Tunantes hablando de "la crisis del marxismo", el fin de ésto y de lo de más allá! En una asamblea de organismos ddhh una licenciada me aulló hobbesiano, como quien dice violador, o pedófilo, porque resulta que con muros o sin muros no me creí la cantinela de la paz perpetua capitalista. En esa época no blogueábamos, había que aguantarse, el silencio y la relativa soledad política digo. ¿"Actualidad"? La de ayer, la de esta semana. El almanaque. La nueva mercancía que debe venderse. "Pero señor, yo no leí el último de Houellbec (o como se escriba), tampoco el último título líquido del señor Bauman. Ni tengo ganas. Estoy con Lucrecio, y lo que me gustaría conocer es la opinión de algunos semejantes míos sobre su poema". Ahora blogueo. Y no tengo que aguantarme la mala clase de un periodista pastoral.

Y hasta he hecho amigos. Gente a la que he visto in corpore. Y he abrazado. De habérmelas cruzado por alguna calle de Buenos Aires, a algunas de ellas, me hubiese dado vuelta con  sigilo o disimulo para verles las piernas, el andar, el porte, o el culo. Pero nada, nada hubiese sabido.

Un mapa simpático y abierto. Algunas líneas son fijas, o más o menos fijas. Algunas duran poco, o se van tal vez para volver. Individuos, temas.

Respecto de cómo hacer el mío, de cómo escribir. Uno debe hacerse alguna idea, aunque sea difusa. Una idea difusa de inodoro hace la diferencia entre cagar en una olla o hacerlo donde corresponde. Y no hace falta una ontología para distinguir entre tu novia y el ropero. Mi idea del blog ha ido cambiando sin consulta, y la he ido acatando cada vez, hasta que, según creo, se ha instalado en una zona personal (bueno, como soy más papista que el papa hasta le he hecho volar contadores, asientos en comunidades genéricas, todo eso, y hasta la primer línea del template -DOCTYPE html PUBLIC... etcétera). Me gusta recostarme sobre una sensación. Una escena de película o de calle. Un diálogo. Un libro o fragmento leído o lambido. Una manía. Y moverme en su interior. Me gusta el hecho físico que se produce cuando pongo música y escribo, lo qué se vuelve secundario. Ni siquiera corrijo, no emprolijo nada. Cualquier cosa que tire. Últimamente la recurrencia son películas, pero sólo por la fuerza de ese bicho, no por interés profesional o lo que sea. Pero puede ser cualquier cosa (como ahora, el blogging, cuando lo que suena es Psychic TV).

27/08/2007



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