“Uno a uno somos mortales, juntos somos eternos” (Francisco
de Quevedo)
Nunca antes la humanidad como animal social ha sentido tan cerca el aliento de la propia humanidad. Y nunca antes ese mismo animal se ha encontrado tan aislado de sus semejantes.
Esto no es una contradicción, es el resultado de reducir
todo a simples mercancías. El átomo aislado es el nuevo Dios al que adorar. Y
la materia en movimiento el Diablo del cual desconfiar. Bienvenidos al fanático
culto al individuo. Bienvenidos al más absoluto caos.
La cantidad de datos que actualmente capta una sola persona
a lo largo del día haría temblar los cimientos de la mismísima biblioteca de
Alejandría. Pero una cosa es captar datos y otra es digerirlos de una manera
coherente.
Y para esta tarea (la de digerir) surgen pretendientes por
todos los lados, los cuales se ofrecen para ayudarnos a asimilar toda esa
cantidad de información. Pero no todos con buenas intenciones.
Las grandes corporaciones capitalistas ya vieron hace
tiempo que si querían mantener su dictadura, tendrían que confundir y
desorientar a sus esclavos (asalariados). Vieron que unos de sus puntos débiles
de dominación, sobre todo a finales del siglo XIX y principios del XX, fue no
controlar el flujo de noticias. Y para ello idearon una estrategia que a mi
entender ha sido tremendamente efectiva.
Esta estrategia consiste en monopolizar esos flujos
informativos, y una vez conseguido, abarrotar al ciudadano de “información”.
Nos dan cantidades industriales de datos sin orden aparente alguno. Y después
ellos muy “amablemente” nos ofrecen sus servicios para dar un sentido coherente
a ese conjunto de datos. El resultado es una especie de “collage” que ellos
cínicamente llaman noticias, y que no es otra cosa que propaganda pura y dura.
Esta estrategia no busca otro fin que desorientar y de paso
intentar crear una drogodependencia con estos medios. Con esto consiguen que
todos estemos inmersos en algo parecido al síndrome de Estocolmo. En el cual
los oprimidos sienten afecto y complicidad hacia sus opresores.
Y es aquí donde los bloggeros pueden entrar en escena.
Ofreciéndose como una alternativa más dispuesta a ayudar, a digerir y a dar un
poco de coherencia a ese mar de datos. Pero no desde un punto de vista
mercantil, sino desde un punto de vista social(¿ista?).
Cuando uno se da una vuelta por diferentes blogs, cuya
temática puede variar desde uno que habla del tipo de mariposas que existen,
hasta uno que habla del amor, puede observar que hay miles de prejuicios
plasmados los cuales nos muestran de una forma clara la ideología impuesta por
la clase dominante (esto daría para una tesis). Pero al contrario con lo que
sucede en los medios controlados por el sistema imperante(tanto escritos como
digitales), en los blogs estos prejuicios pueden ser debatidos y corregidos de
una forma fácil, instantánea y democrática.
Internet es el último reducto en el cual la clase dominante
no tiene todavía el control. Incluso me atrevería a decir que es el último
reducto de plena libertad de crítica. Pero esto puede ser sólo temporal. La
guerra por la dominación de Internet y por el dominio del flujo de información
ha comenzado, y promete ser cuanto menos interesante.
Los bloggeros (entre otros) tienen el deber moral de
participar en ese enfrentamiento y de romper ese aislamiento informativo.
Porque si esa guerra se pierde, Orwell y su “1984” nos sobrevolará como un
fantasma.
De todas formas Marx (Groucho no, el otro) ya dejó bien
demostrado que el capitalismo fabricaría las condiciones materiales para una
Revolución Socialista, a la vez que crearía a su propio sepulturero, el
proletariado.
Bajo el sistema de producción capitalista se han
desarrollado grandes medios de comunicación mediante los cuales somos capaces
hoy en día, por ejemplo, de hablar con una persona situada a miles de
kilómetros de nosotros con apenas unos microsegundos de retraso, o de viajar en
apenas unas horas al otro extremo del planeta. Por no hablar de Internet,
sistema de comunicación parido y desarrollado en una de las etapas de pleno auge
de dominación burguesa.
Además, ¿existe hoy algún sistema más Comunista que
Internet?. Que cada cual saque sus propias conclusiones…
Esa gran red de redes que es Internet debe ser una de esas
muchas condiciones materiales a las que se refería Marx, y mediante la cual el
sepulturero se pueda servir para enterrar a su clase antagónica.
Los bloggeros al fin y al cabo no son más que ciudadanos
tomando el control de Internet y reclamando su poder sobre éste. No son más que
revolucionarios socializando a una criatura creada por el capitalismo.
Nunca antes la humanidad como animal social ha sentido tan
cerca el aliento de la propia humanidad.
¡¡¡Bloggeros de
Internet, uníos!!!
21/07/2007
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