martes, 16 de octubre de 2007

AGITPROV. BOLOGNA 1977.


Ahí va un segundo adelanto del libro sobre Obrerismo y Autonomía mientras acabo de cocinarlo:


El trabajo nos hace libres y hermosos

Millones y millones de jóvenes, en las condiciones económicas actuales, se arriesgan a no poder gozar durante un largo período de ese formidable derecho / deber que la Constitución garantiza a todos los ciudadanos que no poseen otra cosa que sus cadenas; esto es, el trabajo asalariado.

Viene a faltar así, para generaciones enteras, el estímulo al despertar de amanecida, una de las más vivas y saludables tradiciones de nuestro sistema de vida; en segundo lugar, la regularidad y el buen humor que caracterizan la existencia del trabajador honesto ceden el paso a la confusión, a la angustia, a las desviaciones. El trabajo, de hecho, como subrayan los psicólogos, los sexólogos, los criminólogos, es un óptimo remedio contra las drogas, la pederastia, el bestialismo…

Para los trabajadores ya ocupados se abren, sin embargo, perspectivas inesperadas de incentivación y de desarrollo de la propia capacidad laboral: la creatividad y la exuberancia de los trabajadores adultos podrá expandirse también ahora, a través de las horas extraordinarias, hasta límites que en el pasado parecían inalcanzables.

Pero no es justo dejarse llevar por el entusiasmo ante tales resultados: mientras la planta sana de los trabajadores ocupados se expande lozana, se esteriliza cada vez más el arbusto seco de la juventud perezosa, marginal y vandálica.

En consecuencia, las fuerzas sindicales y las fuerzas democráticas, junto con la asociación de padres-hijos-fugados, proponen las siguientes ocupaciones para los jóvenes desocupados:

a) borrado de pintadas (escuelas fábricas universidad urinarios)
b) incremento de las vocaciones sacerdotales y monacales, además de policiales
c) reforestación de las montañas calvas de los Apeninos y de las islas
d) limpieza de los volúmenes en deposito de las bibliotecas públicas, página por página, conforme a las indicaciones de Amendola[1]
e) tabicado de las guaridas de las subversión y del caos
f) constitución de grupos de animación edificante para jóvenes marginales
g) distribución entre los estudiantes a distancia de media hectárea de tierra vírgenes en Irpinia, Aspramonte y Las Madonias
h) recuperación definitiva de restos bélicos de la primera guerra mundial
i) constitución de centros de reeducación moral para obreros absentistas

SACRIFICARSE NO BASTA, ES PRECISO INMOLARSE


[1] Giorgio AMENDOLA (1907-1980). Se adhirió al PCI en el año 1929, tras conocer el asesinato de su padre a manos de escuadristas fascistas. Participó en la Resistencia desde 1943 no sólo dentro de las filas del Partido, sino también como Inspector de las Brigadas Garibaldi en la Italia ocupada por los nazis. Entre 1945 y 1946 fue Subsecretario de la Presidencia del Consejo bajo los gobiernos de Parri y de De Gasperi. A partir del 48 y hasta su muerte fue diputado del PCI, en cuyo seno representaba las tesis reformistas y moderadas enfrentadas a la izquierda encarnada por Pietro Ingrao. En la década de los sesenta se dedica además a la literatura: Comunismo, antifascismo e Resistenza (1967), Lettere a Milano (1973), Intervista sull'antifascismo (1976), Una scelta di vita (1978) o Un'isola (1980) están entre sus textos más destacados.

No hay comentarios: