viernes, 18 de enero de 2008

AGITPROV. Luhmann en 'Multitud'

La reciente traducción del texto de Ignazio Licata sobre historia de la cibernética me ha traído a la memoria la existencia de este viejo artículo sobre Teoría de Sistemas. Tal vez a alguien pueda interesarle.


La obra de Niklas Luhmann (1927-1988) constituye un audaz intento de ofrecer una respuesta original –o, más bien, de alcanzar una determinada Aufhebung conceptual- a problemas gnoseológicos y epistemológicos de larga data; así, la distinción sujeto / objeto, la cuestión de la objetividad del conocimiento o el estatuto epistémico que cabe asignarle a las llamadas ciencias sociales. Al propio tiempo, su trabajo sociológico se quiere continuador de una tradición abierta por “padres fundadores” como Spencer, Simmel o Weber: aquella dominada por la voluntad de elaborar un marco interpretativo general capaz de dar cuenta de las peculiaridades de la sociedad moderna. Continuista en su intención última de elaborar una teoría general de los sistemas sociales, Luhmann se presenta al mismo tiempo como rupturista respecto al esquema categorial empleado en el estudio de tales sistemas. Luhmann desmonta afirmaciones implícitas que todavía hoy configuran la mentalidad y la sensibilidad con que acostumbramos captar la realidad, y en este sentido su pensamiento resulta paradójico. Es decir, se trata de un pensamiento contrario a la opinión más extendida (para-doxa) y que, a pesar de enfrentarse con lo que se da por descontado y se asume como aproblemático, habrá de reconocerse al fin como cierto (Ramos, 137-8).


Pero el texto luhmanniano es también paradójico en un sentido más estricto. En este otro sentido, la paradoja no es tan sólo un enunciado chocante o sorprendente, sino que crea un círculo vicioso en el que tiene lugar un violento trastoque de una jerarquía lógica, de forma tal que se circula entre los niveles jerarquizados sin poder respetar esa jerarquía. Como bien señala Ramón Ramos, la “ilustración sociológica” que Luhmann protagoniza y el funcionalismo “contingente” que la metodiza convierten el sistema de conocimiento emergente en una continua paradojización del objeto estudiado (Loc. Cit.).


Ibáñez advierte cómo, paradójicamente, el carácter esencialmente paradójico del conocimiento (científico) se descubre primero en niveles mínimos de reflexividad, y alejados por tanto de la teoría social. Es el caso del principio de incertidumbre de Heisenberg, que afecta a los sistemas materiales y conforme al cual la determinación de la posición de una partícula en la investigación física supone la indeterminación del estado de movimiento de esa misma partícula. O bien del principio de incompletitud de Gödel que establece, para los sistemas formales, la imposibilidad de que una teoría sea al propio tiempo consistente y completa. Siendo lo esencial y común a ambos casos el reconocimiento de la intervención del sujeto en la constitución del objeto (material o formal) que el principio de objetividad había negado (Ibáñez, XI-XXV).
[LEER TEXTO COMPLETO]




2 comentarios:

Pável Chíchikov dijo...

Muchas gracias por colgar este artículo. Todavía no he entrado a fondo en la obra de Luhmann (hace falta bastante formación y tiempo libre, desde luego), pero como introducción me ha parecido cojonudo.

Para ampliar información sobre la obra de Luhmann, te paso un enlace al artículo que Patxi Lanceros escribió la semana pasada para El Cultural. Ahí va:

LUHMANN

Amputaciones dijo...

Gracias a usté, señor Chíchikov