sábado, 16 de febrero de 2008

ESPACIOS / AGITPROV. Vandoncourt en 'Multitud'


Vandoncourt es un pueblecito de la Región del Franco Condado con una población que ronda los 700 habitantes. A comienzos de la década de los setenta, sus vecinos decidieron organizarse conforme a un modelo de democracia semidirecta. Lo que sigue es la traducción de un artículo de Jean-Louis Bato en el que se narra el proceso. El texto original puede leerse AQUÍ.

La Revolución en el Pueblo o la Democracia Participativa a Diario


Érase una vez un pueblecito construido en la falda de una montaña jurásica, a cuatrocientos o seiscientos metros de altitud y a sólo doce kilómetros de distancia de Sochaux. Un viejo pueblo de unas seiscientas almas, del que los hombres salen a trabajar. Del que los hombres salen… definitivamente. Los jóvenes abandonan no sólo la ciudad-dormitorio, sino también la ciudad-geriátrico. Cada vez son menos.

Como otros miles de pueblos de Francia, Vandoncourt dormita. La imaginación –y es lo menos que se puede decir- no está aquí en el poder. En Vandoncourt hay un Consejo Municipal, como en todas las comunas de Francia. Los electores oyen hablar de él regularmente: cada seis años. E incluso lo eligen. Al parecer, el Consejo, defiende los intereses comunales. Es lo que proclaman, en su profesión de fe, los candidatos, y la única información que comparten con sus conciudadanos… Cada seis años. El alcalde administra como un padre de familia y zanja las discusiones como un autócrata. Si hay conflicto, es él quien decide; y el Consejo lo ratifica cada trimestre. Él solo, o casi, sabe determinar lo que es bueno para la población… y también lo que no lo es.

En Vandoncourt ya no hay domingos, ya no hay buen pan, ya no hay pueblo. A casi todos los pueblos de antaño los ha matado el éxodo rural. También la escuela se muere. Los maestros no quieren quedarse.

De ahí parte precisamente la rebelión en 1969. In extremis, los padres crean una asociación; quieren que los elegidos participen en la renovación del pueblo. Comenzando por la escuela, que se desea sin muros, sin trampa. Una auténtica escuela del pueblo. Aparece un equipo de animación, gracias al impulso de algunos retornados que han pasado varios años en África. Ayuda al Tercer Mundo, Navidades para los niños empobrecidos, veladas dedicadas a los viejos, veladas de las naciones, en las cuales los extranjeros del pueblo, suizos, árabes, italianos y españoles presentan danzas e historias de su país. Fiestas a la vez folclóricas, gastronómicas y antirracistas. El pueblo hierve de repente de vida, de actividad.

¿Y qué pasa en el municipio? ¿Continúan con su gestión, como si nada pasase? Aún peor: este renacimiento les irrita.





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen texto. Como siempre.
Debo pasar más a menudo.
Veo que mantenéis "Multitud" muy interesante.
A ver si aporto algo que merezca la pena un día de estos.

(Termino de leer a Gustavo Bueno. Su "El mito de la izquierda". Y me sorprende lo riguroso que es con las izquierdas y lo suave que es con la derecha. Pero más me sorprende ver que UCE da en las páginas de "De Verdad" apoyo a UPD, el partido de Savater y Rosa Díez. No sé que sabrás de estas cuestiones.)

Anónimo dijo...

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Te lo sugiero sin más que ojearlo por encima:

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