jueves, 6 de marzo de 2008

AGITPROV / RESIDUA. ¡El Criminal es el Elector! - Albert Libertad (1906)


En tanto recupero el tiempo necesario para ocuparme de amputacioneS como merece, me veo obligado a repetirme. El texto que viene a continuación -y que ya fue publicado en abril del año pasado- está muy en su punto para las fechas en las que nos encontramos; así que aquí lo tienen de nuevo.


***


Se trata de una rara y pequeña reliquia, que, más allá de su interés arqueológico, tiene su gracia ahora que nos asedia por todos lados el espectáculo electoral. Lo escribió allá por el año 1906 el anarquista francés Joseph Albert, también conocido como Albert Libertad, y fue publicado en el nº 47 de L'anarchie, un periódico del que él mismo había sido fundador. Que sirva ahora, cien años después, para dar humildemente voz al Partido de la Abstención, que por lo general no la tiene o se la callan.



¡EL CRIMINAL ES EL ELECTOR!

Tú eres el criminal, oh Pueblo, puesto que tú eres el Soberano. Eres, bien es cierto, el criminal inconsciente e ingenuo. Votas y no ves que eres tu propia víctima.

Sin embargo, ¿no has experimentado lo suficiente que los diputados, que prometen defenderte, como todos los gobiernos del mundo presente y pasado, son mentirosos e impotentes?

¡Lo sabes y te quejas! ¡Lo sabes y los eliges! Los gobernantes, sean quienes sean, trabajaron, trabajan y trabajarán por sus intereses, por los de su casta y por los de sus camarillas.

¿Dónde y cómo podría ser de otro modo? Los gobernados son subalternos y explotados; ¿conoces alguno que no lo sea?

Mientras no comprendas que sólo de ti depende producir y vivir a tu antojo, mientras soportes –por temor- y tú mismo fabriques –por creer en la autoridad necesaria- a jefes y directores, sábelo bien, también tus delegados y amos vivirán de tu trabajo y tu necedad. ¡Te quejas de todo! ¿Pero no eres tú el causante de las mil plagas que te devoran?

Te quejas de la policía, del ejército, de la justicia, de los cuarteles, de las prisiones, de las administraciones, de las leyes, de los ministros, del gobierno, de los financieros, de los especuladores, de los funcionarios, de los patrones, de los sacerdotes, de los propietarios, de los salarios, del paro, del parlamento, de los impuestos, de los aduaneros, de los rentistas, del precio de los víveres, de los arriendos y los alquileres, de las largas jornadas en el taller y en la fábrica, de la magra pitanza, de las privaciones sin número y de la masa infinita de iniquidades sociales.

Te quejas, pero quieres que se mantenga el sistema en el que vegetas. A veces te rebelas, pero para volver a empezar. ¡Eres tú quien produce todo, quien siembra y labora, quien forja y teje, quien amasa y transforma, quien construye y fabrica, quien alimenta y fecunda!

¿Por qué no sacias entonces tu hambre? ¿Por qué eres tú el mal vestido, el mal nutrido, el mal alojado? Sí, ¿por qué el sin pan, el sin zapatos, el sin hogar? ¿Por qué no eres tú tu señor? ¿Por qué te inclinas, obedeces, sirves? ¿Por qué eres tú el inferior, el humillado, el ofendido, el servidor, el esclavo?

¿Elaboras todo y no posees nada? Todo es gracias a ti y tú no eres nada.

Me equivoco. Eres el elector, el votante, el que acepta lo que es; aquel que, mediante la papeleta de voto, sanciona todas sus miserias; aquel que, al votar, consagra todas sus servidumbres.

Eres el criado voluntario, el doméstico amable, el lacayo, el arrastrao, el perro que lame el látigo, arrastrándote bajo el puño del amo. Eres el sargento mayor, el carcelero y el soplón. Eres el buen soldado, el portero modelo, el inquilino benévolo. Eres el empleado fiel, el devoto servidor, el campesino sobrio, el obrero resignado a su propia esclavitud. Eres tu propio verdugo. ¿De qué te quejas?

Eres un peligro para todos nosotros, hombres libres, anarquistas. Eres un peligro igual que los tiranos, que los amos a los que te entregas, que eliges, a los que apoyas, a los que alimentas, que proteges con tus bayonetas, que defiendes con la fuerza bruta, que exaltas con tu ignorancia, que legalizas con tus papeletas de voto y que nos impones por tu imbecilidad.

Tú eres el Soberano, al que se adula y engaña. Te encandilan los discursos. Los carteles te atrapan; te encantan las bobadas y las fruslerías: sigue satisfecho mientras esperas que te fusilen en las colonias y que te masacren en las fronteras a la sombra de tu bandera.

Si lenguas interesadas se relamen ante tu real excremento, ¡oh Soberano!; si candidatos hambrientos de mandatos y ahítos de simplezas, te cepillan el espinazo y la grupa de tu autocracia de papel; si te embriagas con el incienso y las promesas que vierten sobre ti los que siempre te han traicionado, te engañan y te venderán mañana; es que tú mismo te pareces a ellos. Es que no vales más que la horda de tus famélicos aduladores. Es que, no habiendo podido elevarte a la consciencia de tu individualidad y de tu independencia, eres incapaz de liberarte por ti mismo. No quieres, luego no puedes ser libre.

¡Vamos, vota! Ten confianza en tus mandatarios, cree en tus elegidos.

Pero deja de quejarte. Los yugos que soportas, eres tú quien te los impones. Los crímenes por los que sufres, eres tú quien los cometes. Tú eres el amo, tú el criminal e, ironía, eres tú también el esclavo y la víctima.

Nosotros, cansados de la opresión de los amos que nos das, cansados de soportar su arrogancia, cansados de soportar tu pasividad, venimos a llamarte a la reflexión, a la acción.

Venga, un buen movimiento: quítate el estrecho traje de la legislación, lava rudamente tu cuerpo para que mueran los parásitos y la miseria que te devoran. Sólo entonces podrás vivir plenamente.

¡EL CRIMINAL es el Elector!

- LEER LA ENTRADA ORIGINAL.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

y n-ésimo?

Dialéctico dijo...

Muy buena la reflexión del compañero Joseph Albert.
Y es que como muy bien decía otro gran camarada llamado Federico Engels: "El sufragio universal es el índice que sirve para medir la madurez de la clase obrera. No puede ser más ni será nunca más, en el Estado actual."

Si la clase obrera se negara a participar en su circo electoral. Y mientras creara un poder alternativo(autogestión), entonces ¡¡la burguesia no sabría donde acogerse para imponer su devastadora dictadura!!
Pero para llegar a esto, la clase proletaria necesita ser consciente de su condición. Y eso no es nada fácil. La burguesia ha hecho un gran trabajo, sobre todo este último siglo, para mantener a los trabajadores separados. ¡¡¡Incluso les ha llegado a convencer que los intereses burgueses y proletarios son los mismos!!!

Amputaciones dijo...

Tú lo has dicho, Dialéctico Ingobernable. Nada que añadir.

¡Ay, Rodrigo! Me temo que el n-ésimo nos ha dejado. En un comentario que puede leerse más abajo, José Luis decía que cerraba el blog por "hastío y desencanto total". No sé... Tal vez, habría que iniciar una campaña para que volviese.