Noche del 12 al 13 de
marzo de 2013
Espero el ascensor en lo que parece el descansillo de nuestro piso. El
ascensor, sin embargo, tiene sobre la puerta uno de esos indicadores que
señalan dónde se encuentra el aparato. En esos momentos está en la planta
cincuenta y pico, pero en seguida da un brinco hasta la setenta y dos. Me llama
la atención que el botón de llamada se ha hundido. De repente, por el lado
izquierdo, surge una figura oscura (algo así como una sombra con consistencia
de cuerpo) que me da una chiquenaude en la frente. Despierto sobresaltado.
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