Noche del 28 al 29 de abril de 2013
Diría
que es prolongación de una pesadilla que tuve la noche anterior. Me encuentro
en una vivienda que, según creo, también aparecía en alguno de mis sueños
infantiles recurrentes. La casa en cuestión se encuentra en la esquina sur de
la manzana donde se hallaba la zapatería de mi abuelo. Tiene dos pisos y está
dividida verticalmente en dos mitades. En la mitad izquierda habita alguien a
quien no conozco, pero que sin embargo trato con la cercanía de un hermano: me
parece recordar que está postrado en una silla de ruedas. Su mitad de la casa
está habitada por espíritus, y él así me lo hace saber. Me invita a pronunciar
el nombre de los espectros y a observar el efecto que tal acción tiene en el
piso superior. Me asomo al hueco de la escalera que lleva a la planta de arriba
y digo, por ejemplo: “Tío Carlos”, y veo cómo los muebles se desplazan sin que
nadie los toque. En más de una ocasión intento abandonar la casa, pero, por
motivos que desconozco, jamás lo consigo.
* ANTES EN EL DIETARIO ONÍRICO.
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