jueves, 10 de enero de 2019

VOCES. Dennis Cooper revisited.



La vie humaine est l’enrobement des mouvements physiologiques: elle est décence. Elle est un ‘cacher’, un ‘habiller’ –qui est en même temps un ‘dénuder’, car elle est un ‘s’associer’. (Il y a une gradation emphatique entre montrer, habiller, s’associer). La mort est écart irrémédiable : les mouvements biologiques perdent toute dépendance à l’égard de la signification, de l’expression. La mort est décomposition ; elle est le sans-réponse » La mort et le temps – E. Lévinas (1975-6).

« Denn das Schöne ist nichts als des Schrecklichen Anfang, den wir noch grade ertragen, / und wir bewundern es so, wiel es gelassen verschmäht / uns zu zerstören » Duiniser Elegien – R. M. Rilke (1922).

Las dos citas que encabezan esta invitación a la lectura de la obra de Dennis Cooper están escritas a lápiz sobre la primera página del ejemplar de uno de sus libros que tengo delante. Cacheo (Frisk, 1991) debía de ser el segundo texto de Cooper que leía. El primero fue probablemente Contacto (Closer, 1989), que poco antes había descubierto un buen camarada y que resultó un hallazgo para ambos. Casi una epifanía. No recuerdo cómo pudieron ir a cruzarse referencias literarias tan dispares ni que extraño juego de asociaciones pudo llevar a su combinación, pero el caso es que ahí están, en la primera página de Cacheo. Lo curioso es que esas dos citas, en principio tan alejadas de los parámetros estéticos en los que la obra de Cooper se produce, a mi parecer iluminan de forma extraordinaria y sintética su sentido último. Lo bello como comienzo de lo terrible, a que se refiere Rilke en ese conocido pasaje de las Elegías, la muerte como límite del sentido, una idea que está en el centro de la reflexión de Lévinas, los vínculos subterráneos que conectan lo bello, la muerte y lo terrible, etc., son todas ellas preocupaciones que sirven como puntales a la obra de Cooper, una producción literaria ya abundante e imprescindible. Llama la atención también la entrada del fragmento de Lévinas, pues allí se identifica la ‘vida humana’ con la ‘decencia’: es –dice Lévinas- ‘ocultar’, ‘vestir’; es ‘envoltura (enrobement) de los movimientos fisiológicos’. Hemos domesticado la ingestión, pero la digestión y la defecación aún quedan fuera del ámbito de lo decente. También el sexo, sobre todo en sus modalidades más feraces y feroces. En consecuencia y si uno sigue el razonamiento del filósofo francolituano, es fácil calificar los libros de Cooper de brutal e impúdicamente indecentes.

http://diarios.detour.es/literaturas/2018-nuestro-ano-literario?fbclid=IwAR2_idHv8DVlavusP3tifC9-u52JtLYnbotuejvVM0V4gOEBywxrFAhBfxY

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