Extraño a Topor cada
vez más…:
Topor fue fiel a sus nueve
prometidas y a sus nueve obras de teatro. No sabía mentir. Ese era, en su
opinión, su mayor defecto.
-
- ¿Qué haces en Roma [Juvenal], tú que no sabes
mentir?
… ¡una prometida era tan
inteligente y tan comunista! Con la cabeza de Hegel y los sueños de Tysson. Era
una criatura tan alegre y masculina. Topor afirmaba que ella era capaz de
soportar su presencia, de bromear, de largarle discursos de mujer fatal o de
camionero con el mono. Topor escribió una obra
…una prometida amaba el deporte. Se metía en
la bañera mientras él la escuchaba sentado en el bidé, olvidando la guerra, ¡olvidándolo
todo! Topor no estaba muy lejos del Edén o de un tanque, por más que la idea de
competición, incluso de competición deportiva, le pareciera indecente. Topor
escribió una obra
…una prometida estaba fascinada
por Lacan, Freud y el psicoanálisis. A veces, ella y él tumbados en la cama,
casi dichosos, él la escuchaba como si la recibiera en morse. Era obscena.
Vertiginosamente, como una marimacho. Topor escribió una obra
…una prometida tenía cuerpo de
buzo y corría con los pies descalzos por el pasillo de su apartamento. La
primera noche, antes de agarrar su polla como un hombre, le dijo por dos veces:
“solo la gente estúpida se aferra a una idea sin cambiar jamás”. Ella pensaba
en su separación desde el primer momento. No había conocido más que una señal
de tráfico: “cuidado con el amor”. Topor escribió una obra